viernes, 6 de julio de 2012

Meditación

Bajamos del Alcázar al jardín que tiene justo en frente y nos sentamos en una plaza con dos miradores circulares en los extremos.

Allí alguien propuso hacer una meditación. Lo que más me gustó fue que, en lugar de sentarnos en círculo y meditar, cada un@ comenzó a hacer lo que sentía que tenía que hacer, colocándonos intintivamente en una especie de cuadrado. Éramos 9.

Después de hacer lo que cada un@ sintió, nos reunimos en uno de los miradores y comenzamos a comentar lo que habíamos visto y sentido en la meditación:

César: Se había tumbado en uno de los miradores. Sentía cómo subían insectos por sus brazos y lo que sintió de nuevo fue la confianza. Confiar, aún con lo que pueda parecer que está ocurriendo.

Mariluz: A ella le resonó mucho lo que César dijo sobre la confianza, por sus circunstancias personales. Nos dijo que al principio había notado resistencia en si misma:

En la meditacion de cierre de Toledo a mí no me vino gran cosa. Intenté conectar con el Colorado y me venían cantos indios, águilas volando, danzas alrededor de la hoguera y cosas así.

Sí que impactó la imagen de un hombre y una mujer abrazados y con una complicidad de compañeros tremenda. Pero no sé si era para todos o sólo para mí.

Almudena Martín: Llamó la atención sobre el hecho de que, de nuevo, las dos Almudenas se habían colocado una en frente de la otra.

Lo que recuerdo de Almudena es que comentó que al principio estaba todo como muy abierto y que, finalmente, se quedó sentada en el rincón muy a gusto, recibiendo muchas visiones aparentemente inconexas.

Almudena Cerrato: Nos comentó que, instintivamente, se había ido hacia el mirador y se había colocado hacia fuera. Al igual que la estatua de la mujer ofreciendo la espada, ella había mostrado la llave que llevaba impresa y conectado con el trabajo en América.

Entonces se dio cuenta de que le costaba mirar hacia Toledo, como si hubiera algún rechazo, y poco a poco se fue dando la vuelta y, finalmente, abrazó a Toledo, al padre.

Marga: Ahora que lo pienso, también de nuevo, como en la fuente en estrella, César y yo nos colocamos uno en frente del otro.

En mi caso, me había sentado entre los dos miradores, pero sentí que me llamaba otro punto del cuadrado en el que nos encontrábamos que había quedado vacío. En mi caso, me senté directamente mirando a Toledo. En algún momento me senté hacia fuera y me di cuenta de que no estaba "bien" colocada, que tenía que volver a mirar a la ciudad y, más concretamente, a las rocas sobre las que se asienta. Me ocurría justo lo contrario a Almudena Cerrato, que estaba detrás de mi, como si estuviéramos equilibrando las direcciones (Almu: no me había dado cuenta hasta ahora ;) ).

Entonces vi algo que tiene mucho que ver con lo que había visto un día antes en Madrid, y os pongo en antecedentes: El día anterior por la tarde, mientras me dirigía a Madrid, vi claramente a Matías sentado en posición "india", con las piernas cruzadas, en el desierto. Se comunicaba con nosotr@s, con Harwitum, aunque yo no conseguía captar lo que quería decir. Sentía que estaba acompañado por indios Hopi, aunque sólo lo veía a él. La imagen se fue y, unos minutos más tarde, más cerca de Madrid, comencé a ver (o, ahora que lo pienso, a impulsar) que las aguas de Madrid se levantaban. Salían con fuerza de los canales hacia arriba y subían como un mar. Este mar, despertaba la Naturaleza de Madrid, que también se elevaba sobre las aguas y crecía. En ese momento, me llegó el mensaje de unir el desierto con las aguas. Un puente entre el padre y la madre, entre la mente y el corazón.

Y ahora que lo pienso también, en la meditación anterior a la del Mar Muerto, había visto cómo las aguas se filtraban por el suelo y se repartían por Europa, siguiendo las raíces de los árboles. Esas aguas, al subir a la superficie, ayudarían al despertar de las conciencias y del corazón...

Lo que vi en Toledo fue algo similar. En este caso, Toledo es la piedra, la roca, lo que soporta. Es el padre que, interiormente es sólido y protector, pero al que se le ha cargado con mucho peso. En ese momento vi cómo también Toledo se levantaba, la roca, y desprendía la corteza que se había ido asentando encima y que apenas lo dejaba respirar. Estaba soportando mucho peso y era hora de que se levantase. Vi cómo unos seres ayudaban a impulsarlo desde abajo. ¿Seres intraterrenos? ¿elementales?. No sé decir. Probablemente un poco de todos y un poco de nosotr@s mism@s. El mensaje que me dieron entonces fue el siguiente:

Estáis aquí, sí. Habéis caminado y habéis comenzado a activar vuestra energía aquí. Hay Seres ya ayudando a levantar esto, pero vosotr@s tenéis aún cosas que hacer antes de ayudar aquí. Habéis visto el punto final de esta etapa, pero aún tenéis que hacer la parte anterior. Subid a los manantiales, activad el agua. Poned la conciencia en Madrid, apoyad el flujo de la energía. Seguid vuestro propio proceso. Cuando estés lista, volverás.

Vi entonces cómo las aguas bajaban de las montañas, cruzaban Madrid, el agua se levantaba como había visto un día antes, bajaba uniendo los ríos en Titulcia, donde está la Cueva de la Luna y se unen el Jarama y el Tajuña, y más abajo en Aranjuez, con el Tajo, llevando ya todo ello a Toledo, por los canales subterráneos donde habíamos estado, ayudando desde abajo y entre las grietas a romper y soltar las corazas y cortezas que la cubren.

Sí, habíamos tenido una mini-iniciación en el canal para poder entender el proceso. Ahora tocaba volver y completar la tarea.

He de decir, que esta visión de Toledo tiene también mucho que ver conmigo y mi propio proceso. Los mensajes eran para el plan común, pero el plan común se manifiesta con la sinergia de los caminos individuales, y tan importante es éste para cada un@ como cada un@ para él.

Además, pude ver también cómo el agua, al juntarse con la tierra, formaba barro, el barro para modelar y soportar la vida en esta dimensión, al que sólo le faltaba el espíritu, la estrella de 5 puntas que buscaba Gaia, para activarse y nacer. Juntemos las aguas con la tierra para que esa Naturaleza, ese feto, nazca y vea la Luz.

Esto lo relacioné también con lo que había visto Mariluz de la mujer y el hombre abrazados.

Hoy, al redactar esto, ha salido directo: el espíritu - la Voz.

Y un último mensaje: al alumbrar la Oscuridad aparecen aquellas cosas que estaban esocondidas, algunas dolorosas, otras dormidas. Despierta lo olvidado. Aparece la VERDAD, de lo que hemos ocultado, sí, pero también de lo que SOMOS. VALOR y CONFIANZA para enfrentarse a lo que haya detrás de los velos de cada un@.


Llegados a este punto vimos que cerraban el jardín y salimos para ir a tomar algo. Estábamos hambrient@s :)

Ya en una terraza, l@s que faltaban siguieron comentando lo que habían sentido:

Iván:

Isabel:

Irene:

Gaia: Ella comentó que no había venido mucha información. Tan sólo se confirmaba que Toledo era la espada y Madrid el cáliz y que, probablemente, al día siguiente o después la información comenzaría a encajar. Ese era el momento de recoger. El entendimiento vendría después.

Para mi (Marga), fueron dos días de recibir y recibir información. Por eso nos costaba procesarla toda. Poco a poco, iremos encajando las piezas en su sitio, como ya está comenzando a ocurrir en el grupo de Facebook :)

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